jueves, 26 de julio de 2007












Yo, desenfocada



No sé por qué sitios me pienso,
comarcas desoladas donde nunca estoy solo,
signos que parecen el cuerpo
o por lo menos la boca de mi pensamiento,
vapores o religiones
de corazones que comienzan a existir en ese instante,
arqueologías de antiguas mansedumbres,
vides donde el racimo ya es el vino,
parasoles de un sol que acaba de irse,
suplementos del todo,
trasiegos de mi resto más remoto
a la pulpa imposible
donde me hago posible.


Pensarme es como atarme los cordones
del único zapato que me permite andar descalzo
por un bosque donde sólo los árboles caminan,
un bosque absolutamente extranjero
rodeado absolutamente por mi.

Roberto Juarroz, Tercera Poesía Vertical


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